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Definición de crónica

La crónica como género a diferencia de lo que ocurre con la noticia y con el reportaje, que son géneros nacidos propiamente del periodismo, ya estaba constituida como tal desde hace mucho tiempo.

En un sentido amplio , podemos definir este término anclado en la afirmación precedente. Se puede entender como un relato de sucesos por orden cronológico que no requieren la rigurosidad  informativa de la noticia, pero que tampoco se alinea junto con los géneros de opinión. Además, la crónica se sirve de unas herramientas y recursos literarios que contribuyen al placer estético que se obtiene con su lectura y la singularizan también dentro de los géneros periodísticos’. En síntesis,  desde su origen vemos una vinculación con el desarrollo temporal de los acontecimientos narrados.

 

¿Qué es una crónica? Rescato la definición que hace algunos años hizo Julio Villanueva Chang :

«Elaborar una crónica es un acto muy costoso, al menos como yo la entiendo: es decir, una crónica es un gran reportaje muy bien escrito, un gran trabajo de campo con entrevistas, documentos y la suerte de ser testigo y cuyo relato no aburra. Ello supone semanas o meses de dedicación, un editor cómplice del cronista, una historia en la que los protagonistas cambian ante los ojos de su autor y donde el azar actúa sobre la realidad, y también lecturas. Todo eso es lo que yo llamo una buena crónica. Otra cosa es dar a algunas páginas de un periódico cierta amenidad, cierto cuidado de la prosa, incluso cierto vuelo poético, todo eso lo puedes hacer sin necesidad de salir a la calle. Pero una crónica, cuando es ambiciosa, exige un trabajo tan delicado como atlético».

– Julio Villanueva Chang

¿Y cómo explicarías tú la crónica?

Yo creo que es el equivalente a un documental escrito. Cuando vos leés un libro y decís esto podría ser un documental visual. Me parece que es eso. Un libro de investigación periodística es otra cosa, claramente. Tenés Los fusileros, de Cristóbal Peña, que funciona como las dos cosas. Pero me parece que hay una voluntad de la crónica por montar escenas, presentar personajes. Es una narración más dinámica si querés.

Y en la biblioteca pondría un poco de todo. Sin duda los clásicos Operación Masacre(Rodolfo Walsh), Lugar común la muerte de Tomás Eloy Martínez, pondría Larga distanciaLa guerra modernaEl interiorEl hambreContra el cambio, todos de Caparrós; Palmeras de la brisa rápida, de Juan Villoro; pondría un libro de Mary Roach, que se llama Fiambre; pondría un libro de Jannet Malcolm, que se llama Iphigenia in Forest Hills; pondría Hiroshima (John Hersey); hay un libro que sacó Aguilar en Colombia que se llama Los periodistas literarios, que es una antología de Norman Sims; hay un periodista que se llama Mark Kramer que a mí me resulta muy interesante; pondría Teoría de la noche, de María Moreno, que es un libro que publicó la UDP; pondría El diario de Rodolfo Walsh. También me parece lógico que en un lugar así tendrían que estar los clásicos del género, como A sangre fría o los libros de Hunter Thompson, que a mí no me interesa, pero cuando uno tiene una librería o tiene que comprar libros para una biblioteca la idea es abrirse, no solo comprar lo que a uno le gusta. Uno tiene que ir contra su gusto. Es como si uno tiene una editorial y publica sólo los libros que a uno le gustan, es el camino más rápido al desastre.

Leila Guerriero

 

«Para los escritores verdaderos el periodismo nunca es mero modo de ganarse la vida sino un recurso providencial para ganar la vida. En cada una de sus crónicas, aún en aquellas que nacieron bajo el apremio de las horas de cierre, los maestros de la literatura latinoamericana comprometieron el propio ser tan a fondo como en sus libros decisivos. Sabían que, si traicionaban a la palabra hasta en las más anónimas gacetillas de prensa, estaban traicionando lo mejor de sí mismos. Un hombre no puede dividirse entre el poeta que busca la expresión justa de 9 a 12 de la noche y el reportero indolente que deja caer las palabras sobre las mesas de redacción como si fueran granos de maíz. El compromiso con la palabra es a tiempo completo, a vida completa (…) El periodismo no es una camisa que uno se pone encima a la hora de ir al trabajo. Es algo que duerme con nosotros que respira y ama con nuestras mismas vísceras y nuestros mismos sentimientos.»

Tomás Eloy Martínez